Seguramente estés pensando que esta es la entrada de economía más tonta y evidente ever, pero hoy quiero hacer reflexiones acerca de lo que en realidad es el dinero.

Qué es el dinero

Trueques de productos diferentes

Hace cientos de años cada persona se dedicaba a fabricar algún bien (u ofrecer un servicio) y lo cambiaba por otros para poder tener acceso a las cosas que necesitaba. Imagina un pueblo en donde el campesino pagaba con lechugas todo aquello que necesitaba y a su vez le intercambiaban esa verdura por leche el lechero o por herraduras el herrero. Es lo que toda la vida hemos conocido como trueques.

Esto que a priori, de manera idílica, puede resultar fácil y sostenible, se volvía imposible cuando no todos necesitaban los mismos productos en los intercambios. Quizás el campesino ahora necesitaba una mula y pagar con 1.500 lechugas al ganadero no era algo práctico.

Poco a poco se fueron dando cuenta de que había determinados productos que todos consumían y que además eran fáciles de almacenar y transportar. En el caso de muchas sociedades occidentales ese bien fue el trigo. De ese modo, todo el mundo empezó a cambiar sus productos por trigo y, posteriormente, intercambiar este cereal por aquello que querían conseguir.

Qué son los trueques

Trueques por un producto común

Trigo

Así fue como surgieron las casas del trigo o casas de la panadería. Eran edificios cercanos al del Ayuntamiento donde se acumulaba lo más preciado que tenía la gente en ese momento: el dinero trigo. Aún hoy se conservan muchas de ellas en pueblos españoles.

Metales preciosos

Ese producto utilizado para facilitar los trueques fue mutando, dejando de ser un cereal y pasando a ser monedas de metales preciosos. Así podías transportar en poco espacio algo de mucho valor.

Dinero fiduciario

Posteriormente las monedas evolucionaron, dejando de tener valor en sí mismas para pasar a ser simples trozos de metal sin ningún valor. Es lo que se conoce como dinero fiduciario.

Además se decidió complementarlas con trozos de papel para conseguir que las cantidades grandes de dinero no pesaran demasiado.

Y para terminar (al menos hasta ahora), dejamos de llevar dinero encima para pasar a portar tarjetas con banda magnética primero, chip más tarde y contact less después. A día de hoy cada vez más dejamos de llevar trozos de metal y papel en el bolsillo para transportar todo el dinero que poseemos en un simple trozo de plástico (o actualmente incluso en el móvil o el reloj).

Pero evolución continúa, porque ese dinero que poseemos estaba depositado en el banco y, teóricamente, lo sigue estando. Aunque la realidad es bien distinta, ya que hoy en realidad tampoco está allí físicamente aunque, si te parece, de eso hablamos largo y tendido otro día.

En resumen

Todo esto nos lleva a la conclusión de que las compras que realizamos cada día no dejan de ser trueques como los de antaño. La única diferencia es que todos cambiamos aquello que tenemos que ofrecer al mundo por dinero primero, para luego intercambiarlo por otros bienes. Es decir, cuando adquiero un pantalón en Zara la transacción no solo implica que compro con dinero el pantalón, sino que la tienda me compra mi dinero con un pantalón, haciendo un trueque de dos bienes. Los trueques siempre son bidireccionales.

Trigo y dinero

Del mismo modo, hay gente que hornea pan, hace pulseras o entrega cada día ocho horas de su vida a una empresa para que en ese trueque le entreguen aquello que hoy todos consideramos tan preciado y necesario para todos los intercambios: el dinero.

Espero que te haya resultado interesante la entrada de esta semana.

Bye!

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